Dos hermanas

dos manitas para hacerlas bailar...

miércoles, febrero 15, 2006

Mi hermanita.

Tengo que repetirlo, hermana, por si existe algún posible lector...
pero estaba soñando contigo, a que yo era profesora de niños pobres y les estaba enseñando a pintar, todos tenían sus carátulas iguales pero a ti te dejaba tener el libro de los animalitos... ¿te acuerdas? y pintarlo como quisieras y cuando quisieras.
Fue justo al rato cuando me enviaste el mensaje: 4am apróximadamente... diciéndome que me extrañabas (miren todos, ella sí me habla... y es más, me extraña).
Te dije: no sé si eras grande o chiquita.
Y me dijiste: nunca se sabe cuando eres grande o chiquita.
Y no te dije nada pero pensé que tenías razón... una vez más la chiquita sabe más que la grande, o a lo mejor sólo están al revés.
Ñañita, me sentí culpable, y sé que no debo sentirme culpable, porque uno nunca debe sentirse culpable, pero es más fácil decirlo siempre... y no sentirlo...
Tú fuiste niña, porque yo quise que fueras niña.
Y ahora, veo que tú siempre quisiste ser niño...
Dios estaba ahí, no complació a los padres, no quiso hacer lo que todos esperaban de él... Dios le preguntó a la hermana: ¿quieres que sea niño o niña?
Y yo dije: niña...
Lo peor de todo es que estaba segura de que ibas a ser niña porque había hecho un trato con Dios... y en ese entonces yo le creía a él: tendría una hermanita, aunque mis tíos, primos, y demás familiares trataran de convencerme de querer un hermanito.
Y te ibas a llamar Miguel...
Ahora tienes un nombre que de pronto detestas... y yo tuve una hermanita para jugar.
Un día Dios me dejó de preguntar, y tú me dejaste de responder.
No sé por qué no te dejaba pintar cuando yo pintaba...
Ni por qué te traté como muñeca...
Al menos, te dejé ser Ma.Isabel... hasta que me cansé de ser la mamá de Ma.Isabel.
Pero nunca me cansé de ser tu segunda mamá... sólo que fui pésima.
Me siento egoísta otra vez, y no sé por qué la "gobista" siempre fuiste tú... tal vez querías tener algo para ti solita un día... así como yo tuve una hermanita.
Dios no existe más, ¿aún quisieras ser Miguel?